“La verdadera belleza es lo único que no puede responder a las expectativas de una imaginación novelesca”
Marcel Proust
Mi amante es como un espino blanco
al borde del paseo de Méséglise.
Pura atmósfera
pintada por un pincel breve
como el de Seurat.
Su lengua es un abrecartas
que despliega el sobre de un atardecer
dorado.
Y su cabeza mojada
es la mejor de las cabezas.
Mi amante me responde
y se aprieta contra mi cuerpo
cuando se escinde.
Me gustan sus caricias
ingrávidas
y descubre en mi nuca
oleajes de sal.
Mi amante es como un espino blanco
al borde del paseo de Méséglise.
Siempre la llevo al lado
como el viento de la nieve
que salpica los desiertos