domingo, 3 de marzo de 2013

Portada







Chuza Nick, pedagoga ella, psicóloga de las buenas y especialista en coeducación además de concertista de arpa en sus ratos libres, me ha hecho esta portada tan marina mientras tomábamos el thé en Lady Godiva y charlábamos de nuestras vidas.

Entre otras cosas me ha dicho que no se me olvide señalar que la anterior portada (la del capítulo VI, la de la Esperatriz) la hizo su novia, la batería del grupo Chirimoya-in.

Su novia se llama Paz Baraka y es activista intelectual. Su última acción ha consistido en crear un movimiento generacional con indirectas, ella solita ha convencido a un grupo de escritores para que construyan novelas modernísimas, inconclusas y volubles basándose en el Bosón de Higgs, donde prima el fundido en negro y la intolerancia fragmentaria, la doble personalidad, el zeptosegundo y la ausencia de espín orgásmico.

Todos ellos (los escritores) se han tomado muy en serio su labor. Ella, ahora, se está psicoanalizando porque tiene sentimiento de culpa y dice de sí misma que esas ideas se le ocurren por haber leído en la infancia El príncipe.

Gracias a su descalabro mental fue como conoció a la psicologa Chuza Nick que pasó de ser su doctora particular a su amante para siempre. A las dos les agradezco las sendas portadas construidas en exclusiva para mí, también les agradezco ese thé con pastas y ese paseo por los muelles de Amberes mientras buscábamos la estatua de Gulliver.

Fue entonces cuando a Paz Baraka le dio un nuevo brote y quiso influir, esta vez, en un grupo de arqueólogos, que nos encontramos en el castillo de Het Steen, para que descubrieran los cuerpos incorruptos de las liliputiensas y las brobdingnagnas, que según ella están en la península de El Labrador.

Lo más extraño de todo es que los arqueólogos empezaron a tomar notas y rápidamente, desde sus smartphones, compraron billetes de avión a mansalva para dedicarse, cuanto antes, a su tarea investigadora.

Chuza Nick entonces guiñó un ojo y me dijo: “¿Has visto que labia tiene?, ¿comprendes por qué me he hecho lesbiana? Además, está buenísima, ¿verdad?”. Yo asentí y las invité a unas copas. Ni que decir tiene que Paz Baraka fue la que me convenció para que pagara.

No me pesa, la verdad, las dos portadas que me han hecho lo merecen. En fin, el próximo domingo comienza el VII capítulo de La Reina de la Morralla titulado:
La temprana edad.

Gracias, chicas, gracias Chuza y Paz, por el buen rato que pasamos juntas y por los bombones que me regalasteis.