Somos dos judiítas de Spiegelman
en un hotel de cinco estrellas,
rodeadas de anémonas
y vainilla.
¡Oh mi Princesa de Abril
fortificando la ciudad
con tulipanes!
Y volará tu nombre
por la vieja Gadir,
a las playas de Ostende,
al corazón de las plazas
que no fueron silenciadas.
Y seré constelación en este Atlántico,
percepción de mapas
que se viste para ti,
de azul Japón,
de mundo y de tiniebla.
Y vendrá Europa
con sus dudas constantes
y su geografía móvil
a regalarnos besos
y cerrar la puerta
de esta habitación de hotel
con un balcón tan femenino
como tu cara de pecas.
Hoy quiero parecerme a ti,
ser un tulipán,
una princesa de espuma,
alguien que no sabe contar
perdida en tu topografía
y durmiente
bajo el aroma de vainilla
que ha invadido el ágora.