Había una niña chica con trajecito
de
pobre.
Había
una niña helada con trajecito
de
pija.
Había
un chorro de agua,
un
nacimiento en el monte.
¿Fue
el único que se dio cuenta
de
que las dos eran niñas?
¿Sería
de esa fuente de luz
de
la que bebió Dante?
No
sé, no importa.
Hoy
nos bañamos todas
en
la misma charca de plata.
Desde aquí quiero felicitar a todos mis relectores y relectoras y desearles sencillamente unas buenas fiestas. Gracias por visitar este blog.