miércoles, 7 de diciembre de 2011

I

Las naranjas en su risueño azul de sabor, con sus miradas de siesta, tendidas sobre la inmadurez del mar; las naranjas de verdad, la de los azahares árboles, rendidas en Gádor como abundantes ermitaños y exiliados quieren que rompa su esfera y deje paso a la línea recta. Así lo haré: