“que las guerras no se acaban cuando dicen que se han acabado”
Marina
Mayoral
Y habrá
que hacer una ciudad
para
ellos,
una
ciudad donde no les contemos
nuestras
historias
ni los
rencores del siglo,
una
ciudad con garzos cisnes
y
estanques traslúcidos
como tu
inocencia,
como la
inocencia de nuestros hijos.
Habrá
que hacer una ciudad
donde no
se queden paralizados,
una
ciudad donde mis besos
multipliquen
los besos de Catulo
y la
eterna meticulosidad de Breccia.
Una
ciudad de agradables sueños,
una
ciudad para los niños
y las
niñas,
una
ciudad de luz
antes de
que aprendan a escuchar
nuestros
lamentos y nuestras fronteras.
¡Oh, desgraciado Mort Cinder!